Hace ya casi dos meses que volví de Kenya. Como ya os dije mi intención es seguir escribiendo anécdotas y curiosidades sobre mi experiencia. Sé que he tardado en ponerme a escribir pero la vuelta ha sido un poco estresante y no he tenido tiempo ni para pararme a pensar y reflexionar en lo que he dejado atrás. En ningún momento he dejado de pensar y contactar con la gente de allí pero ayer, al ver el video que ha hecho Juventud Vasca Cooperante, me entró mucha nostalgia y he decidido que tengo que continuar con el blog.
Hoy os quiero contar como fue mi despedida de allí, bueno lo cierto es que hubo varias. La primera y una de las más dolorosas fue el fin de semana antes de irme. Aquel sábado fui a visitar a la familia de George, mi conductor. No se si os lo he mencionado antes pero en Kenya y parece ser que más concretamente entre los Luo todavía existe la poligamia y no es raro que un hombre tenga varias mujeres. Pues, George tiene dos mujeres y cada una tiene 3 hijos respectivamente. Esos niños como ya os dije anteriormente han sido los que me han dado la vida en Kenya.
A lo que iba ese día, llegue a casa de George y enseguida me sacaron las cartas que les había dado la última vez que fui y estuvimos jugando a burro, en inglés lo traducimos como donkey y más tarde estuvimos dibujando. Yo les hice un dibujo a ellos y ellos me dieron uno cada uno como recuerdo. Estuvimos todo el día jugando, bailando, cantando, habría sido un gran día de no ser por el final, estaba ya casi anocheciendo y yo no quería irme y separarme de ellos. La despedida fue terrible, de las más tristes de mi vida. Esa despedida era un adiós, me gustan más los hasta luegos pero es muy difícil saber si los volveré a ver, ojalá que si pero de momento no lo se y aunque mantenga el contacto con ellos no puedo ir a pasear ni a jugar a su lado.
Bueno la siguiente despedida seria de la gente de la oficina, la gente con la que trabajé y conviví día a día durante 3 meses. Aunque el último día teníamos planeada una fiesta de despedida el día antes llevé a la oficina mandazis que había hecho la noche anterior en casa. Me había tirado casi toda la tarde cocinando y por suerte mereció la pena porque me quedaron estupendas, estuvo genial porque aquel día reuní a casi toda la gente de la oficina en la sala de conferencias para tomar el té juntos y que probasen mis mandazis. Yo creo que más de uno no se creía que las había hecho yo jejeje. Era un pequeño detalle por mi parte agradeciendo todo lo que habían hecho por mí.
Y el día siguiente llegó la fiesta de mi despedida. Para mi asombro el día anterior habíamos ido a comprar una cabra para comérnosla en la comida. Conocer a tu comida resulta un tanto violento pero lo cierto es que me sentí muy alagada ya que la cabra es uno de los animales preferidos por los kenianos. Como bien dijeron los de C-MAD nos fuimos en official party a un restaurante llamado Migingo, para mi sorpresa no solo fueron los de la oficina de Rongo sino que tambien vinieron todos los de la oficina de Homa Bay. Fue como un acto muy oficial en el que habló el director de C-MAD pero tambien representantes de Rongo y Homa Bay que son los que mejor me conocen y me hicieron emocionarme con todas las cosas bonitas que dijeron sobre mi. Para mi desgracia esa emoción no me permitió transmitirles toda mi gratitud ya que se me hizo un nudo en la garganta. Más tarde me hicieron entrega de un regalo enorme que no me permitieron abrir hasta acabar la fiesta pero lo más curioso fue que una vez acabada la comida tuve que inaugurar la pista de baile como si se tratara de una boda. Al principio me dio un poco de vergüenza pero luego estuvimos bailando hasta altas horas de la noche. Fue una despedida perfecta.
Pero la cosa no terminó ahí ya que al día siguiente me tuve que despedir de Oliva y su familia. Fue doloroso dejar a Keyden, el niño de año y medio que me tenía loca con sus bailes, mordiscos, arañazos y esa cara de pillo y a Milumine que era la ayudante de Olivia en casa. Una mujer entrañable con la que solo me podía comunicar con gestos pero que tenía un corazón enorme.
Solo puedo decirles que gracias y que los echo mucho de menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario