martes, 9 de agosto de 2011

Kakamega Forest

Este fin de semana me tocaba devolverle la visita a Bea, asi que como vive cerca de Kakamega Forest pensamos que era la oportunidad perfecta para ver un bosque tropical.
Me levanto el sabado a las 5 de la manana, que para mi aqui eso es madrugar un poco nada mas, porque para las 6 de normal ya estoy medio despierta. Me impresiona ver el cielo lleno de estrellas a esas horas pero no tengo tiempo para contemplarlo porque me espera un largo viaje. Primer matatu, salimos de Rongo a las 6 de la manana y despues de 3 horas y de casi atropellar a un perro llego a Kisumu. Cojo un segundo matatu en el que estoy casi una hora esperando a que salga, diciendo a todos los que se me acercan a la ventanilla a vender cosas que no quiero comprar nada. Ni zapatos, ni dinero para el movil, ni gafas, ni galletas, ni cacahuetes, ni cd’s, ni pendientes, ni collares, ni agua, nada que no quiero nada. Por suerte voy en la parte delantera y no tengo que aguantar ir aplastada entre la multitud. Despues de un rato cojo mi ultimo matatu hasta llegar donde vive Bea. En total 5 horas y la cosa no acaba aqui porque terminaremos cogiendo como otros 3 hasta llegar al bosque, con cambio de rueda incluido con nosotras dentro.


Despues de unos cuantos problemas, parece que hoy no es nuestro dia, conseguimos entrar al parque y reservar una habitacion para pasar la noche dentro del parque. Lo cierto es que ya no nos quedaba mucho dinero y para colmo el de la moto nos pega la timada del siglo. Bueno da igual ya hemos llegado, y nada mas llegar a las oficinas vemos babuinos por todas partes, familias enteras, increible. Cuando llegamos a la habitacion dejamos todas las cosas emocionadas y nos vamos con dos compis de Bea a ver las cascadas. Como tienen prisa, salimos por un camino que es mas recto para volver pero que no estamos muy seguras, total que empieza a caer el diluvio universal, nos refugiamos en un colegio pero como no para decidimos salir y empaparnos, para colmo aparece un loco que nos sigue gritando. Debia ser simpatizante de Raila que es el actual primer ministro porque no hacia mas que gritar su nombre. El panorama es, 4 chicas corriendo bajo la lluvia con un loco detras sin saber muy bien a donde ir. Llegamos chorreando, ademas Bea y yo listas de nosotras los chubasqueros los habiamos dejado en la habitacion.

Por suerte llegamos a la habitacion y nos secamos y nos ponemos la ropa seca, vaya aventura de dia, pero lo mejor estaba por venir al dia siguiente. Cuando nos levantamos las compis de Bea ya se han ido, nosotras aprovechamos que hay ducha para ducharnos comodamente. Nos preparamos, esta vez si, con todo lo necesario y nos adentramos en el bosque por los diferentes senderos que encontramos en nuestro camino. El aire es denso y cuesta respirar, pero estamos maravilladas por las multiples formas que nos ofrece el bosque, plantas retorcidas, lianas infinitas, arboles milenarios dificiles de abarcar y una increible variedad de sensaciones: ruidos en cada esquina, olores que nos indican que hay vida cerca pero que no somos capaces de ver debido a la espesura del bosque.

En uno de nuestros paseos llegamos a unas rocas desde donde se puede apreciar la grandeza de Kakamega, nos quedariamos toda la manana contemplandolo pero por desgracia la lluvia vuelve a aparecer. Por algo a este tipo de bosque se le llama Rainforest. Tenemos la suerte de que por el camino un coche decide llevarnos hasta nuestro alojamiento, por desgracia ellos iban a otro y tenemos que andar un rato hasta el nuestro. Cuando deja de llover recogemos las cosas y ya con la mochila encima recorremos los ultimos senderos antes de marchar. Justo a la salida del bosque, para rematar nuestra visita aparecen unos cuantos monos blancos y negros de pelo largo para despedirnos.

Como es ya la hora de comer vamos a Kakamega a comer algo medianamente normal, que no sea ugali y sukuma’wiki que los tenemos muy visto. Y con la tripa llena, vamos a casa de Bea. Por el camino nos espera una sorpresa, el matatu en el que viajamos hace un ruido extrano y empieza a salir humo por todas partes, nos bajamos pitando y Bea se va lejisimos, todo el mundo se rie de ella. De echo cuando nos montamos en el siguiente matatu todavia lo siguen comentando. Al fin llegamos.
Bea vive en una casita de adobe y duerme en un colchon en el suelo, no es dificil ver aranas o grillos por la casita, asi que mas vale tener la mosquitera bien cerrada. Conozco a sus vecinos, que son muy majos y nos dan de cenar a la luz de un candil, con esa luz yo no se ni lo que me llevo a la boca, aunque creo que en ocasiones es lo mejor. Despues de jugar a las cartas nos vamos a dormir. Al dia siguiente hay que levantarse temprano para ir al rio a por agua. El camino no es que sea facil, es largo y resbaladizo aunque la gente de aqui baja corriendo yo me resbalo y casi llego al rio. Total luego toca volver con 10 litros de agua, parando cada dos por 3 y las mujeres de aqui tan tranquilas con 20 litros en la cabeza. Bea y yo lo intentamos ya una vez en casa y bueno con un poco de practica igual lo podriamos conseguir. Y despues de la sudada, una buena ducha entre hojas de palmera.

Tambien visite su lugar de trabajo, una oficina pequenita pero muy acojedora y un huerto piloto perfectamente cuidado. Ademas conviven con un bichito majisimo, que es un camaleon. Vive en una especie de parra y de ahi no se mueve. La gente de aqui les tiene un miedo que no veas, pero lo cierto es que son inofensivos.

Y nada toca recoger y vuelta para casa, una moto y 3 matatus me esperan!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario